Sunday, February 04, 2007

La imparcialidad ideológica del Estado liberal y su tolerancia de todas las religiones y opiniones tiene su contrapartida en su actitud frente a los particularismos... Al transformarse en la ideología del mundo moderno, el racionalismo burgués no se convirtió en una religión ni en una pseudorreligión como el marxismo en el siglo XX. Aunque enemigo de las antiguas tradiciones y particularismos culturales, por sí solo habría sido impotente para destruirlos, como lo fue antes el racionalismo grecorromano. Sin embargo, ha contado con un aliado que no tuvo aquél: la técnica ha sido agente de destrucción de lo que llamamos el alma o el genio de los pueblos, es decir, de sus maneras de vivir y sus maneras de morir, de su cocina y de su visión del transmundo. Los antiguos conquistadores edificaban una mezquita o una catedral sobre las ruinas de los templos de los vencidos; los imperialismos modernos construyen factorías y centros de comunicación. Edificios desalmados.

The ideological impartiality of the Liberal State and its tolerance of all religions and opinions has its counterweight in its attitude toward individual difference... In becoming the ideology of the modern world, middle-class rationalism did not become a religion or pseudo-religion, as did Marxism in the 20th century. Although enemy to the ancient traditions and cultural pecularities, alone, it would have been powerless to destroy them, as was the case with the earlier Greco-Roman rationalism. However, it had an ally the earlier (rationalism) lacked: technology has been the destruction of what we call the soul or spirit of cultures, that is, their ways of living and dying, their cuisine, their vision of the world beyond. The ancient conquerors built mosques or cathedrals on the ruins of the temples of the vanquished; modern imperialists erect factories and communication centers. Soulless edifices.

---Octavio Paz, Sor Juana Inés de la Cruz: Trampas de la fe, pp. 50-51

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